Por Daniel Alvarez, Multiplicador de Yo Creo en Colombia y emprendedor QuinuAndes Colombia.
Recordando lugares extraordinarios, no puedo pasar desapercibido por el Cauca.
Mi conección con el Cauca nació por un alimento maravilloso; una planta de colores preciosos capaz de alimentar a toda una cultura andina. Una semilla de pequeño tamaño con una gran historia; esta semilla es la Quinua o Chisaya Mama (Madre de Todos los Granos en Lengua Quechua)
Este alimento me llevó a descubrir lugares asombrosos en el Cauca, entre ellos el municipio de Silvia, reconocido como la Suiza de América, un municipio lleno de riqueza etnográfica y conocimientos ancestrales , quienes compreenden el valor de la autenticidad y permiten el desarrollo de su cultura, manteniendo sus costumbres, tradiciones y lengua. Un lugar donde se aprecian tesoros como la calidez humana y el renacer de una comunidad lacerada por el narcotráfico y la guerrilla de hace unos 16 años.
Fue en este departamento donde pude observar una gran oportunidad; llevar este alimento con la variedad exclusiva del Cauca, que tiene esas características que la hacen bastante atráctivas para el uso gastronómico y llevarla a los mejores restaurantes de Bogotá quienes aprecian no solo su notable calidad sino la historia y trabajo detrás de esta semilla; Historia tejida en comunidades de paz y armonía que hoy reconocen que la verdadera recompensa viene de la mano del esfuerzo, la dedicación y el trabajo en equipo; Comunidades emprendedoras que ven oportunidades promoviendo lo auténtico y reconociendo el valor de sus raíces con proyectos de alimentos supremamente importantes como el guandul, amaranto, quinua, coca, entre otros.
Es por esto que veo el Cauca como tierra fértil para sembrar sueños, tierra con una raíces poderosas dispuesta a dar los mejores frutos y sobre todo una tierra habitada por personas alegres y empoderadas con la actitud de ¡Yo Creo en el Cauca!
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